La Ritidectomía facial es la técnica para mejorar la flacidez de las mejillas y el cuello que se ha producido por la edad o cambio de peso.
La juventud eterna es una búsqueda constante del ser humano y aunque todos sabemos que no es posible, hay bastantes herramientas quirúrgicas o estéticas para retrasar por más tiempo el envejecimiento y lucir radiante.
La última de esas técnicas a las que debemos recurrir es el lifting (estiramiento facial) o ritidectomía, el cual es un procedimiento quirúrgico para mejorar los signos visibles de envejecimiento de la cara y el cuello. Este procedimiento contrarresta los efectos de la gravedad y en algunas variantes por tema de una baja de peso muy marcada.
Antes del procedimiento quirúrgico es importante un examen médico exhaustivo para descartar cualquier tipo de contraindicación con el tratamiento. Tu cirujano plástico Certificado debe informarte cuales son los pasos a realizar antes y después de la cirugía para que te sientas segura.
También es muy importante que en la primera visita avises a tu cirujano plástico de tus hábitos como pueden ser: fumar, ingerir alcohol habitualmente, alguna medicación o si practicas algún deporte.
¿En qué consiste la ritidectomía?
Lo que se busca con la ritidectomía es tensar las estructuras más profundas, provocando una readaptación de la piel del rostro y el cuello, y la extirpación de grasa en áreas seleccionadas.
Se realizan incisiones por delante y por detrás de las orejas, resecando la piel sobrante y devolviendo a su sitio los músculos y el tejido celular subcutáneo.
¿Quiénes son candidatos para una ritidectomía?
Los mejores candidatos para un lifting facial son aquellas personas que tienen un rostro y cuello que han empezado a relajarse, cuya piel tiene buena elasticidad y su estructura ósea se encuentra bien definida.
¿Cuánto dura una ritidectomía?
La cirugía tiene una duración variable dependiendo del área o áreas a tratar, ya sea frente, tercio medio facial o cuello y va de dos a cinco horas en promedio. Generalmente se realiza bajo anestesia general, y dependiendo de la extensión de la cirugía puede efectuarse de forma ambulatoria o con una noche de hospitalización.
El postoperatorio no es doloroso y con analgésicos se evitan las posibles molestias, el utilizar compresas frías en las regiones tratadas en los primeros dos días después de la cirugía ayudan a desinflamar.
Siguiendo todas las indicaciones de tu cirujano plástico, en sólo un par de semanas podrás volver a tu rutina diaria.